Tuesday, May 9, 2017

Un paso y te abris camino. Dos mas y casi podes sentir las baldosas debajo de los pies, ya no es el marmol de adentro sino el afuera, el aire, los olores, el espacio irrestricto. Tres mas y ya estas lejos, ningun brazo es tan largo. Es bueno irse por una vez pero todos dejamos siempre algo atras. Una llave, un boton, un hilo, un pelo… algo insignificante, pero nuestro. Algo que no tiene lugar en ese espacio que alguna vez habitabas. La libertad esta entre esos 3 pasos y el cuarto, vereda de nuevo, baldosas… pronto marmol. Marmol nuevo, pero igual al mismo tiempo. Otro espacio como cualquier otro. Con su luz artificial, sus botones abandonados, algun que otro pelo, una llave perdida. Calculo que ese cuarto paso siempre se da, se da por que tememos el aire y los olores. Tememos lo irrestricto, nos ahoga de posibilidades. De alguna manera necesitamos ese techo, esas espectativas, el resonar de los tacos contra la dura piedra. Todas esas cosas que la lluvia jamas moja, que las hojas nunca tocan. Que triste que la magia este en ese tercer paso, en de vez en cuando cerrar los ojos y pensar que hay algo mas alla, lejos de una montaƱa de botones, un oceano de pelos y una tormenta de llaves tintineantes. Algun lugar donde solo quedan la lluvia y las hojas que no conocen marmol o baldosa, solo conocen posibilidad.

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